Abéné es un pueblo perteneciente a la parte suroeste de la Casamance, y haciendo frontera con Gambia.
A menudo pasa desapercibido por aquellos que van a visitar las paradisiacas playas e islas de la Casamance.
Parece que no haya mucho que hacer aquí, más que contemplar el ritual del té, saborearlo y disfrutar de atardeceres africanos meciéndose en una hamaca que pende de dos árboles…
o quizás verlos desde la orilla, mientras se pasea por playas salvajes de aguas cálidas.
Y así, entre paseos al pueblo al ritmo de las darbukas que resuenen en cada jardín, tés y más tés… se nos escapan de las manos los días tranquilos en Abéné.
Pero sin duda, a pesar de tanta calma, la gran experiencia del lugar fue ver aquellas mujeres danzando a brincos de libertad… aunque estas, merecen un texto aparte.
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